Acaba de llegar, pero sabe donde acudir

-¿En serio? -dije divertida, la había conseguido poner nerviosa.- Pues quién lo diría, tienes los mismos impulsos que un niño de 11 años.

-Eso debería decirlo yo, ignorante -dije mirando otra vez el ambiente.

-Lo dicho -dije conteniendo la risa.- Pero tranquila, mujer, no se lo diré a esos pardillos con los que compartes clases avanzadas.

-Pues esos pardillos están más buenos que tus pardillos así que... JÁ! -hice un gesto con la mano

-¿Te refieres a esos grandullones, torpes y gordos que llevan gafas de culo de vaso y el pelo casi rapado al cero? -pregunté.- Venga, que los he visto. El único tío bueno era George y se fue este año.

-Hay otros más, no tan pardillos como los de tu clase -dije arqueando una ceja- ¿Qué? ¿Te JODE que yo saliera con George y tú no? Además, él volverá el año que viene...

-Si, volvera para esperar todos los dias a Angelica -le dije con una sonrisilla.- Debe de ser realmente humillante que te dejen por una niñata de 15 años.

-Tu estás celosa porque te liaste con uno de 14 que luego te "engañó" con la Ginevra esa de tu clase, así que menos -dije

-Sí, pero por lo menos Ginevra es rica, es alguien -le recordé.- Angelica era una cualquiera.

-No era una cualquiera, y Ginevra era rica pero era imbécil, como una don nadie -le dije

-¿A estas alturas y aún no te has enterado que aunque seas gilipollas pero rico eres alguien? -le pregunté.- Por muy tonta que seas, si tienes pasta, te respetan. Algo deberías saber, pero parece que aún no te sabes la lección...

-No, porque tu eres rica y no eres nadie -la piqué- ay, mira que no saber... -suspiré

-¿Que no soy nadie, hermanita? -le pregunté sonriendo.- Quizás no has visto las últimas estadísticas, te pasas demasiado tiempo estudiando y no ves a la gente.