Acaba de llegar, pero sabe donde acudir

Llegué a un local de estos modernos que habían abierto hace poco. En estos locales normalmente dejaban pasar a jóvenes de todas las edades, y aunque no me dejaran pasar, para algo era millonaria, digo yo.

Así pues, después de que me dejaran pasar, me dirigí a la barra y pedí un whisky. Me senté allí, mirando a la gente, viendo a ver si había alguien interesante que mereciera la pena. Por ahora sólo lo normal, gente haciendo sus trapicheos, gente borracha, gente alocada... nada interesante, realmente.

Seguí mirando a la gente, bastante aburrida. Esa música ( si así se podía llamar a esos ruidos que parecían que estaban petando a la puerta ) me estaba ropiendo los tímpanos. Siempre la ponían altísima y además era cansina. ¿Por qué la gente no puede poner Thriller y marcarse un baile?

Entré en el bar nocturno. Sonreí maliciosamente y me acerqué a la barra. Abrí bien los ojos.
-Vaya, vaya, mi hermanita aquí.-dije.

Distraída, escuché la voz de mi hermana con ese tonito suyo. No, no, tantos baretos en Manhattan y venía a este...

-Uy, uy, que graciosa te has vuelto de repente -dije con ironía a Debborah, sin mirarla.

Arqueé una ceja con descaro.
-¿De repente? Lo he sido siempre, pero tú estabas demasiado ocupada con tus puterías para darte cuenta -dije. Y miré a la chica que nos miraba

-¿Mis puterías? -le pregunté arquenado una ceja de la misma manera que ella.- Pensaba que lo aprendí todo de ti: fumar, salir, follar... ya sabes -dije cínicamente. Me giré también hacia la chica y le dije al ver que nos miraba-: ¿Qué pasa?

-Tienes razón, yo lo hago todo mejor que tú -le dije con chulería. También miré a la chica- Oh, venga, no te portes tan mal con los desconocidos -le dije aparentando responsabilidad a mi hermana pequeña

-Mírala, ya la has ahuyentado, y la verdad no sé por qué no me sorprende -dije asintiendo

Vale, eso ya era demasiado. Odiaba las comparaciones entre nosotras, Debborah era imbécil, se creía mejor que yo sólo porque yo era la pequeña.

-No voy a ponerme a tu altura -dije en tono calmado a lo primero que dijo.- No soy tan infantil.

Miré a la chica irse.

-Yo no creo que se fuera por mí, más bien se fue por ti al ver tu horroroso make-up -le dije sonriendo. En cuestiones de belleza, ella siempre se había pintarrajeado nada más.

-Primero, yo no soy infantil -dije- Y te recuerdo que a ti te comparan conmigo, y segundo, se ha ahuyentado al girarte tú con esa cara que espantas a cualquiera -la vacilé.- Y mi make-up es p-e-r-f-e-c-t-o, te lo deletreo por si no sabes...

-Si me comparan contigo es porque tienen que decir lo mucho que mola, bonita -le dije sonriendo.- Tú no eres más que una aburrida rata de biblioteca.

Miro otra vez a la chica, parece que se fue a los lavabos.

-Mira, te lo digo porque sé que tu no lo vas a discurrir solita -le dije a Debborah.- Esa chica se fue a esnifar algo al baño, estaba mirando a esos tíos con intenciones, ¿tú que te crees? ¿Que todos son unos santurrones como tú?

-Niña no me contestes -dije autoritaria- Ah, y yo no soy una rata de biblioteca, te recuerdo que tú aprendiste de mí, así que cierra esa bocaza -miré hacia el lavabo- ¿Crees que soy idiota? Y no soy una santurrona, es sólo que si esnifara esa mierda tendría que operarme la nariz, y sería como la del Jackson, así que nanai, mejor otra cosa, o un piti -dije parloteando.


{xDDDDD naturalmente NO odio al jackson ehh xd}

Veo volver a la chica del baño.

-Ah, no, ha ido a cagar... -dije por lo bajo y volviendo a ver a mi hermana. Suspiré.- ¿Perdona, qué decías? Es que no te he prestado atención... eres como un loro -dije haciendo gestos con la mano derecha diciéndole que no se callaba.

La fulminé.

-Bah...-me giré a ver a esa chica- Pues claro que no ha ido a cagar, idiota.

-Fue a cagar.... -le repetí con paciencia.- ¿No la ves como algo incómoda? Eso es porque... no le salía...